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El Duelo en los niños.



El duelo en los niños y adolescentes es diferente al de los adultos. En este apartado vamos a exponer las manifestaciones que aparecen en los niños con el fin de que te pueda servir de guía. 

En los niños las primeras manifestaciones pueden aparecer inmediatamente después de enterarse de la muerte o al tiempo. Estos son los elementos más frecuentes: 

  • Conmoción, confusión ante la pérdida de un ser querido.
  • Es muy común que no haya llanto y tristeza sino que aparezca ira, conductas violentas, pesadillas… y puede manifestar enfado hacia los miembros de la familia. 
  • Es muy común que aparezca la culpabilidad en el caso de que en algún momento en niño/a haya dicho o pensado algo negativo sobre el fallecido como por ejemplo “no quiero volver a verte”… al pensar que se ha hecho realidad por su culpa.
  • Si el ser querido que ha muerto es uno de los progenitores aparece un miedo enorme a perder al padre o madre que aún sigue vivo. 
  •  También pueden aparecer regresiones a etapas más anteriores del desarrollo, actuando de forma más infantil y demandando más cariño y atención. 
  •  Tristeza, deseo de irse con la persona fallecida. 
  •  Alteraciones fisiológicas como insomnio, pérdida del apetito. 
  •  Alteraciones cognitivas como miedo a estar solo, falta de interés por las cosas que antes le gustaban. 
  •  Bajada del rendimiento escolar.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo en este mal trago? 



No mentirle: no hay que apartarle de la realidad, ocultarle que la persona ha fallecido. Los niños se dan cuenta de todo y son sensibles a las reacciones y al llanto de los adultos por lo que no es bueno excluirle o disimular que se está llorando con excusas. 

Darle la noticia: hay que darle la noticia lo antes posible, aunque resulte doloroso y muy difícil. Muchas veces no se les dice nada excusándonos en que es muy pequeño para entenderlo cuando lo que realmente nos da miedo es nuestro propio dolor al comunicarlo. Hay que utilizar palabras sencillas y sinceras. 

Explicar cómo ocurrió: lo mejor es hacerlo con pocas palabras yestaba muy malito”… lo mejor es no ocultarlo porque tarde o temprano se va a enterar por alguien ajeno a la familia o de rebote y va a ser peor que si lo sabe de primera mano. En ese momento hay que darle pie a que nos pregunte lo que necesite ya que hay niños a los que le surgen muchas dudas con respecto a la muerte o creen que ha sido por algo que han dicho o hecho.  Hay que hablarle de la muerte como el proceso natural que es, poniéndole ejemplos de animales, plantas… 

Que participe en los ritos funerarios: sobre esto hay menos consistencia puesto que unos expertos dicen que es bueno y otros que no… por lo que lo más importante es hacer lo que creemos mejor para nuestro hijo dependiendo de lo que él quiera, de su personalidad… si el niño dice que no quiere no se le tiene que obligar. 

Animarle a que exprese lo que siente: nunca hay que reprimir al niño a que exprese lo que siente, frases como “no llores”, “se fuerte”, no le ayudan en nada, al contrario, provocan que el niño no elabore correctamente el duelo. 

Lo que más ayuda es recuperar el ritmo cotidiano: volver al colegio, con los amigos, con sus actividades, con la dinámica familiar… lo más rápidamente posible.







Si tienes dudas o necesitas ayuda escríbe un comentario de forma anónima o no, para que podamos ayudarte y a otros/as que estén en tú lugar.

 
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